Hay en los partidos un momento de tedio infranqueable que es cuando alguno de los conjuntos decide meter el autobús. Y eso sucedió ayer. Empezamos dominando con un Reyes en estado de gracia, a base de faltas acabaron con diez muy pronto (habría que plantearse si no sería necesario proteger más a los jugones que dan emoción a este juego, llámese Reyes, Messi, Cristiano Ronaldo o Quero, igual da, que reciben una cantidad de faltas por partido insufrible) y tomaron la siguiente decisión. Un portero bajo los palos. Ocho tipos encerrados dentro del área y un tipo que atiende por Liedson suelto por el centro del campo.
Con este panorama, el Atleti atacaba, chocaba con la defensa, estos lanzaban un pelotazo, Liedson intentaba algo, perdía el balón y vuelta a empezar. Si íbamos por el centro chocábamos. Kun se va de cuatro, pero no de ocho según parece. Así que centros por las bandas, ocho tipos dentro del área, patadón, Liedson intenta algo, le corta la defensa y… vuelta a empezar. Así hasta que el propio Liedson tuvo una oportunidad que por suerte no acabó en nada.
Pero no echemos toda la culpa al autobús portugués. Porque hay datos que desconciertan. Raúl García ni está ni se le espera. Simao está físicamente fundido, hay que empezar a darle descanso. Forlán, lo mismo que Raúl García, quizá no están muertos y están tomando cañas juntos. Y Valera volvió ayer a vivir en su mundo multicolor. A mi me daría vergüenza que cuando tengo que robar un balón tenga que bajar Reyes desde el quinto pino para ser él quien hace la entrada y vuelve con el balón arriba.
Y a lo tonto, van y se quedan con nueve los Leones. Lo único que espero es que esas bajas las noten en la vuelta, porque la UEFA se nos pone un poquito más difícil.