Atleti – Racing

Ayer reduciendo las cosas al máximo hablaba con mi amigo Chicho, que es quien se vino al fútbol conmigo, de dos clases de personas:

1.- El futbolero, que es aquel al que le gusta el fútbol como juego, es ese al que le gusta ver un buen partido, que quiere entender lo que pasa y por qué.

2.- El hincha, que lo que le gusta es que gane su equipo, de la manera que sea, aunque lleve treinta años yendo al fútbol y todavía no entiende ni lo más mínimo del juego. Además es bastante impaciente.

Estas reducciones son bastante básicas puesto que uno puede tener también un poco de cada categoría, pero digamos que estos dos existen claramente. El hincha valora la entrega, el coraje, el sacrificio, por tosco que sea el juego del equipo. El futbolero valora el balón a ras de suelo, el toque, el desborde, un buen pase entre líneas que llega a su destino por la genialidad del que lo hace…

Y ayer, milagrosamente, confluyeron en un mismo equipo lucha, entrega y buen juego. Ya habíamos hablado en el partido contra el Sporting de que a veces la diferencia la marcan las ganas de los jugadores, ese correr un poco más, ese pelear cada balón… a veces los del Atleti han hecho eso, pocas veces. Ayer se vio la mejor versión de la defensa atlética, atentísima, con Perea recuperando balones de todas las maneras posibles y Domínguez en su sitio. En general, balón que se perdía, balón que se peleaba. Assunçao y Tiago no dejaban respirar al contrario en el centro del campo.

Pero es que, además, por primera vez en lo que va de año, el equipo jugó al fútbol. Que maravilla el fichaje de Tiago. Pelota que le llega, pelota que analiza, pelota que circula con calma y paciencia, de una banda a otra, al toque, pasando por varios compañeros, controlando el balón y atentos al desmarque. No sólo brilló Tiago, sino que también Assunçao dio varias muestras de calidad sacando el balón, driblando… (bueno, incluso Perea recortó varias veces a delanteros contrarios). Simao y Reyes se volcaron en ayudar en el centro del campo. Y luego está el Kun, menudo pieza. Cuando el Kun coge el balón, pasan cosas.

El equipo arrolló y el resultado se me quedó corto. Varios balones al palo, varios disparos al muñeco, varias oportunidades claras enviadas fuera, si fueron sólo cuatro fue porque los cántabros desplazados hasta Madrid eran legión y tampoco era plan de amargarles el viaje de vuelta. Por cierto, que teníamos detrás a un sector (hubo que ponerles en tres sectores del estadio, tantos eran) que al principio del partido se desgañitó a cantar de todo, pero pasados diez minutos quedaron en silencio y no volvió a haber noticias suyas.

Pese a la victoria, no nos subamos a la parra. Todavía no estamos en la final, aunque la eliminatoria esté de cara, no sería la primera vez en la historia del fútbol que se remonta un 4-0. Al Atleti le han remontado 4-0 en sólo 45 minutos, así que en 90 puede pasar de todo.

Varios apuntes:

1.- Canales, un fuera de serie, veremos en que queda con los años pero promete. El único del Racing que dio sensación de peligro.

2.- Munitis, un picado, se cabreaba hasta el infinito cuando le regateaban. Una pena, porque él era muy “virguero” y debería saber que el desborde es la salsa del juego (junto al toque) .

3.- Desde mi ángulo, Antonio López hizo mano en el área.

4.- Desde mi ángulo, el penalty a Jurado no fue tal. Fue a un metro del área. Vaya con Mateu Lahoz

5.- Pese a los puntos 3 y 4, el Atleti arrolló. El Racing no jugó ni un minuto al fútbol y la superioridad fue aplastante